El caballo, en estado natural, depende de sus pies para sobrevivir. Si sus cascos no están sanos tendrá dificultades para seguir a la manada en busca de agua y comida y no podrá huir de los depredadores. En estas condiciones tendremos un animal totalmente vulnerable y con pocas probabilidades de mantenerse con vida.
Igualmente pasa con el caballo doméstico y los problemas se pueden traducir en un animal nervioso y desconfiado, inseguro al andar y que al hacerlo probablemente siente dolor, lo que puede ser causa de agresividad e incluso de una negación a moverse.
La diferencia está en que en el caballo doméstico estas situaciones pueden evitarse.
Es importante que a la hora de adquirir un caballo contemos con la opinión de un buen herrador, él podrá asesorarnos sobre las condiciones de los cascos del caballo y su disposición para el herraje.
¡Cuánta gente ha comprado un caballo y ha tenido que dejarlo parado hasta que el veterinario y el herrador han resuelto los problemas de sus pies! ¡Cuántos caballos necesitan ser sedados para poder herrarlos con lo que eso supone para su salud, para la economía del propietario y para la espalda del herrador!
EL CASCO DEL CABALLO: UNA CUESTIÓN DE MANTENIMIENTO
Si debemos darle importancia a los pies del caballo a la hora de la compra, tampoco debemos olvidarnos de su cuidado y mantenimiento a lo largo de su vida. Y es importante tenerlo en cuenta, en primer lugar, por la salud del animal, pero también porque supone unos gastos periódicos que el propietario debe tener en cuenta para después no llevarse sorpresas.
Se dice del herraje que es un "mal necesario". Los cascos del caballo crecen continuamente (alrededor de 1 cm. al mes) y en estado natural, este crecimiento es proporcional al desgaste.
Sin embargo, en el caballo doméstico, por el peso añadido del jinete, las características del terreno y las actividades a la que están destinados, el desgaste es superior al crecimiento. Esto nos obliga a proteger sus uñas con herraduras pero, paradójicamente estamos creando un nuevo problema: ahora el crecimiento es mayor al desgaste.
Con esto queremos decir que herrar un caballo no significa ponerle herraduras hasta que se desgasten, sino que debe ser una acción periódica en la que lo importante es conseguir que las dimensiones del casco y su conformación no sean diferentes a como lo serían en un caballo en libertad. Además nos puede permitir corregir ciertos defectos o proporcionar comodidad a unos pies que, en principio, no están preparados para realizar ciertas actividades.
Un caballo debe ser herrado cada seis semanas aproximadamente, aunque este periodo dependerá de cada caballo y de la actividad que realice. En este tiempo se dice que el caballo "pierde el aplomo" y el crecimiento de su casco influye en la disposición de la estructura ósea de sus extremidades y como consecuencia, de todo su esqueleto y su forma de moverse.
Pero no sólo el herraje es importante sino que debe mantenerse el casco en unas condiciones apropiadas cuidando su higiene y su buen estado. Una alimentación adecuada, una cama limpia, la limpieza del casco, su protección e hidratación son fundamentales para la buena salud de los pies del caballo.
Si lo que tenemos son potros, debemos tener en cuenta que muchos problemas de conformación se puede corregir en los seis primeros meses de vida; su detección a tiempo puede evitar herrajes complicados y costosos en el futuro. Es un buen hábito coger las patas de los potros para observar cualquier anomalía, facilitando además el trabajo del herrador cuando tenga que herrarlos por primera vez.
ALGUNAS REGLAS PARA EL MANTENIMIENTO DE LOS CASCOS
1- Para la adquisición de un caballo debemos contar tanto con la opinión del veterinario como del herrador. Por una parte nos informarán sobre el estado de los cascos y las extremidades del animal y se podrá hacer una valoración de cuáles serán sus necesidades de herraje.
2- Debemos observar los cascos de los potros para detectar anomalías y prevenir problemas futuros. Coger sus pies será un buen ejercicio de "doma" para que no haya sorpresas a la hora de herrar por primera vez.
3- Es importante una alimentación equilibrada, que podemos enriquecer con productos que aporten biotina para favorecer el buen estado del casco y el pelo. Existen productos en el mercado que pueden mezclarse con la ración diaria (Farrier´s Formula, Frey Hoof Synbiotin, Frey Horse Dynamic + Biotin...).
4- La buena higiene del casco es también fundamental para su buena conservación. El caballo debe tener una cama cómoda y limpia si pasa bastante tiempo estabulado. Igualmente debemos limpiar los cascos antes y después de cada actividad; esto nos permitirá eliminar la suciedad y objetos extraños y observar posibles anomalías.
5- También tenemos que tener en cuenta la hidratación, elasticidad y protección del casco que se pueden ver alteradas por la climatología, el tipo de terreno, el tiempo en estabulación... Un casco excesivamente húmedo o seco puede acarrear problemas. Igualmente existen productos en el mercado apropiados para la protección del casco. Los podemos encontrar en forma de grasas y ungüentos que deben ser de aplicación diaria( Hippo Sabol e Hipo Sap de Frey), y en forma de selladores que se aplican una vez por semana (Hippo Sol de Frey y Tuff Stuff de Mustad).
6- Debemos contar con un profesional del herraje que nos indique cada cuanto tiempo tenemos que herrar a nuestro caballo. Es interesante comentar con el herrador los aspectos fundamentales del herraje y consultarle cualquier duda, no olvidemos que es el profesional que más visita de forma periódica a nuestro caballo y conoce sus cascos perfectamente.
Es conveniente programar con él la periodicidad del herraje para evitar demoras innecesarias.
Es importante elegir convenientemente al herrador. Podemos guiarnos de las referencias de veterinarios o de otros propietarios de caballos. También existen Asociaciones de Herradores que nos podrán asesorar al respecto. Sobre todo se ha de tener en cuenta que casi siempre lo más barato no es lo mejor; muchos problemas de cascos son fruto de la intervención de aficionados que a la larga nos harán invertir dinero para solucionarlos.
SIN PIE, NO HAY CABALLO
Este refrán popular resume un poco la intención de este artículo. El buen estado de los cascos del caballo nos procurará un animal cómodo y seguro ya que dispone del mejor instrumento que tiene para sobrevivir en estado natural. Y su buena predisposición para caminar facilitará el trabajo que realicemos juntos y nuestro disfrute. ¡Cuida los cascos de tu caballo y evitarás muchos problemas y gastos innecesarios!
Fuente "Eki Herrajes"
AHCZ La Baticola
Igualmente pasa con el caballo doméstico y los problemas se pueden traducir en un animal nervioso y desconfiado, inseguro al andar y que al hacerlo probablemente siente dolor, lo que puede ser causa de agresividad e incluso de una negación a moverse.
La diferencia está en que en el caballo doméstico estas situaciones pueden evitarse.
Es importante que a la hora de adquirir un caballo contemos con la opinión de un buen herrador, él podrá asesorarnos sobre las condiciones de los cascos del caballo y su disposición para el herraje.
¡Cuánta gente ha comprado un caballo y ha tenido que dejarlo parado hasta que el veterinario y el herrador han resuelto los problemas de sus pies! ¡Cuántos caballos necesitan ser sedados para poder herrarlos con lo que eso supone para su salud, para la economía del propietario y para la espalda del herrador!
EL CASCO DEL CABALLO: UNA CUESTIÓN DE MANTENIMIENTO
Si debemos darle importancia a los pies del caballo a la hora de la compra, tampoco debemos olvidarnos de su cuidado y mantenimiento a lo largo de su vida. Y es importante tenerlo en cuenta, en primer lugar, por la salud del animal, pero también porque supone unos gastos periódicos que el propietario debe tener en cuenta para después no llevarse sorpresas.
Se dice del herraje que es un "mal necesario". Los cascos del caballo crecen continuamente (alrededor de 1 cm. al mes) y en estado natural, este crecimiento es proporcional al desgaste.
Sin embargo, en el caballo doméstico, por el peso añadido del jinete, las características del terreno y las actividades a la que están destinados, el desgaste es superior al crecimiento. Esto nos obliga a proteger sus uñas con herraduras pero, paradójicamente estamos creando un nuevo problema: ahora el crecimiento es mayor al desgaste.
Con esto queremos decir que herrar un caballo no significa ponerle herraduras hasta que se desgasten, sino que debe ser una acción periódica en la que lo importante es conseguir que las dimensiones del casco y su conformación no sean diferentes a como lo serían en un caballo en libertad. Además nos puede permitir corregir ciertos defectos o proporcionar comodidad a unos pies que, en principio, no están preparados para realizar ciertas actividades.
Un caballo debe ser herrado cada seis semanas aproximadamente, aunque este periodo dependerá de cada caballo y de la actividad que realice. En este tiempo se dice que el caballo "pierde el aplomo" y el crecimiento de su casco influye en la disposición de la estructura ósea de sus extremidades y como consecuencia, de todo su esqueleto y su forma de moverse.
Pero no sólo el herraje es importante sino que debe mantenerse el casco en unas condiciones apropiadas cuidando su higiene y su buen estado. Una alimentación adecuada, una cama limpia, la limpieza del casco, su protección e hidratación son fundamentales para la buena salud de los pies del caballo.
Si lo que tenemos son potros, debemos tener en cuenta que muchos problemas de conformación se puede corregir en los seis primeros meses de vida; su detección a tiempo puede evitar herrajes complicados y costosos en el futuro. Es un buen hábito coger las patas de los potros para observar cualquier anomalía, facilitando además el trabajo del herrador cuando tenga que herrarlos por primera vez.
ALGUNAS REGLAS PARA EL MANTENIMIENTO DE LOS CASCOS
1- Para la adquisición de un caballo debemos contar tanto con la opinión del veterinario como del herrador. Por una parte nos informarán sobre el estado de los cascos y las extremidades del animal y se podrá hacer una valoración de cuáles serán sus necesidades de herraje.
2- Debemos observar los cascos de los potros para detectar anomalías y prevenir problemas futuros. Coger sus pies será un buen ejercicio de "doma" para que no haya sorpresas a la hora de herrar por primera vez.
3- Es importante una alimentación equilibrada, que podemos enriquecer con productos que aporten biotina para favorecer el buen estado del casco y el pelo. Existen productos en el mercado que pueden mezclarse con la ración diaria (Farrier´s Formula, Frey Hoof Synbiotin, Frey Horse Dynamic + Biotin...).
4- La buena higiene del casco es también fundamental para su buena conservación. El caballo debe tener una cama cómoda y limpia si pasa bastante tiempo estabulado. Igualmente debemos limpiar los cascos antes y después de cada actividad; esto nos permitirá eliminar la suciedad y objetos extraños y observar posibles anomalías.
5- También tenemos que tener en cuenta la hidratación, elasticidad y protección del casco que se pueden ver alteradas por la climatología, el tipo de terreno, el tiempo en estabulación... Un casco excesivamente húmedo o seco puede acarrear problemas. Igualmente existen productos en el mercado apropiados para la protección del casco. Los podemos encontrar en forma de grasas y ungüentos que deben ser de aplicación diaria( Hippo Sabol e Hipo Sap de Frey), y en forma de selladores que se aplican una vez por semana (Hippo Sol de Frey y Tuff Stuff de Mustad).
6- Debemos contar con un profesional del herraje que nos indique cada cuanto tiempo tenemos que herrar a nuestro caballo. Es interesante comentar con el herrador los aspectos fundamentales del herraje y consultarle cualquier duda, no olvidemos que es el profesional que más visita de forma periódica a nuestro caballo y conoce sus cascos perfectamente.
Es conveniente programar con él la periodicidad del herraje para evitar demoras innecesarias.
Es importante elegir convenientemente al herrador. Podemos guiarnos de las referencias de veterinarios o de otros propietarios de caballos. También existen Asociaciones de Herradores que nos podrán asesorar al respecto. Sobre todo se ha de tener en cuenta que casi siempre lo más barato no es lo mejor; muchos problemas de cascos son fruto de la intervención de aficionados que a la larga nos harán invertir dinero para solucionarlos.
SIN PIE, NO HAY CABALLO
Este refrán popular resume un poco la intención de este artículo. El buen estado de los cascos del caballo nos procurará un animal cómodo y seguro ya que dispone del mejor instrumento que tiene para sobrevivir en estado natural. Y su buena predisposición para caminar facilitará el trabajo que realicemos juntos y nuestro disfrute. ¡Cuida los cascos de tu caballo y evitarás muchos problemas y gastos innecesarios!
Fuente "Eki Herrajes"
AHCZ La Baticola