Resulta sumamente complicado prever su aparición y sus consecuencias son letales en la mayoría de los casos. Por eso creemos muy importante hablar de ella e intentar que todos los que estamos en contacto con caballos la conozcamos. Esperamos que le sea de utilidad pero sobre todo, esperamos que nunca tenga que enfrentarse a esta enfermedad.
QUÉ ES LA ANEMIA INFECCIOSA
Se trata de una enfermedad causada por un virus, que es extremadamente infecciosa y potencialmente fatal. El virus está clasificado como un “retrovirus” y se trata de un “lentivirus”, es decir, un virus con un periodo de incubación muy largo; aunque este periodo puede ser muy variable, se calcula que la media ronda entre 1 y 3 semanas Habitualmente es comparado con el VIH (virus del sida) en humanos. Ataca a los caballos, mulas y asnos, independientemente de su edad, raza y sexo.
En la mayoría de los casos, la anemia infecciosa conlleva la muerte repentina y rápida del animal (con una media de 15 días de vida desde que aparecen los síntomas); en los casos más favorables, se convierte en una dolencia crónica que se mantendrá en el caballo de por vida. Todos los caballos son portadores no aparentes de la enfermedad.
INFECCIÓN
Sin duda alguna, la anemia infecciosa es doblemente preocupante precisamente por eso: por su carácter infeccioso, que provoca que puede afectar también a los hombres y a los cerdos. Para hacernos una idea de cuán infeccioso puede llegar a ser este virus, se dice que la quinta parte de una cucharada de sangre de un caballo afectado sería suficiente para infectar a un millón de caballos... El virus se localiza en todos los órganos, en la saliva, en la sangre, en la orina y en la leche, por lo que resulta obvio que las picaduras de los insectos y la contaminación de la comida y del agua son sin duda los principales vehículos de transmisión. Una vez infectado, el equido se convierte en un vehiculador del virus para toda su vida, a pesar de generarse anticuerpos. Por todo ello, resulta muy importante que los restos de los animales afectados sean correctamente destruidos.
SÍNTOMAS
El principal síntoma de la anemia infecciosa es, sin duda, la fiebre intermitente (que en ocasiones puede llegar a superar los 42 grados). Pero también aparecen otros síntomas como son:
– Debilidad.
– Depresión generalizada (el caballo aparece desganado, apático, sin ganas, con la cabeza baja).
– Pérdida de peso (puede rehusar comer o comer una cantidad inusual).
– Diarrea sanguinolenta.
– Albúmina en la orina.
– Pulso flojo y débil, que puede alcanzar las 100 pulsaciones por minuto.
– Respiración rápida.
– Irregular acción del corazón, que muchas veces termina por provocar edema en las extremidades y dificultades respiratorias.
– Ictericia en las mucosas (menos frecuente).
Como decimos, se trata de una enfermedad sumamente letal, que puede acabar con la
muerte del animal; si no es así, entrará en un estado crónico (no existe la curación total),
que se caracterizará por:
– Fuerte anemia.
– Grave pérdida de las fuerzas vitales.
– Periodos febriles.
Estos síntomas se verán más marcados en las épocas de más trabajo o si se desarrolla alguna otra enfermedad en el animal.
DIAGNÓSTICO
Muchas veces lo más complicado puede ser detectar la enfermedad a tiempo, puesto que la fiebre aparece de forma intermitente y, si el animal no realiza trabajo diario, eso puede llegar a pasar desapercibido para el cuidador. Los síntomas clínicos tienden a no ser específicos. Es, por tanto, una enfermedad de difícil diagnóstico. El único medio para hacerlo es mediante el test de Coggins (inmunodifusión en gel de áger), realizado en laboratorios especializados con muestras de suero de la sangre.
PREVENCIÓN
Como hemos dicho, todos los caballos son potenciales transmisores de esta enfermedad, por lo que prevenir su aparición resulta sumamente complicado. Aún así, existen una serie de cosas que podemos y debemos hacer, para intentar evitar problemas:
– Verifique que alrededor de su caballeriza no hay basura, pantanos ni otros medios que faciliten la proliferación de tábanos, mosquitos u otros insectos.
– Cada animal debería tener sus propios aperos y arreos.
– No utilice el mismo bocado para distintos caballos.
– Evite el uso de bebederos compartidos: cada animal debería utilizar su propio bebedero.
– Si el montador usa espuelas, procure que sean diferentes para cada caballo.
– Si participa en ferias, exhibiciones, concursos... debe saber que es responsabilidad de los organizadores asegurarse de que no participe ningún animal sin certificado negativo de anemia infecciosa equina.
CURA
Esta es una enfermedad de muy difícil curación. La tasa de letalidad dependerá principalmente de la agresividad de la cepa viral, así como del estado de salud general del caballo y de su fortaleza física, pero debemos tener claro que la enfermedad nunca se cura del todo, como mucho se convierte en crónica (lo que provoca que muchos dueños opten por el sacrificio del animal infectado, para evitar posibles y peligrosos contagios).
Hoy por hoy no existe ninguna vacuna y la posibilidad de que se desarrolle es muy lejana. De hecho, se han realizado muchas vacunas experimentales y todas ellas han dado resultados negativos.